
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quiere usar una orden ejecutiva para combatir la escasez de microchips que está aplastando a los fabricantes de automóviles estadounidenses. Con base en el decreto de Biden, se comenzarán a examinar las cadenas de suministro de componentes importantes y otros componentes importantes para industrias críticas.
Las autoridades comenzarán a investigar el suministro no solo de microchips, sino también de baterías de alta capacidad para coches eléctricos, minerales o productos farmacéuticos. Pero, según la administración de Biden, esta no es solo una especie de encuesta destinada a descubrir dónde se han producido los escasos insumos, sino tomar medidas concretas para abordar su grave escasez.
Ha habido una escasez de microchips en el mercado global desde la pandemia de coronavirus. Pero fue amplificado por fricciones previas entre Estados Unidos y China, cuando la administración del predecesor de Biden, Trump, entró en guerra con la segunda economía más fuerte del mundo.
Pero la escasez de microchips en Estados Unidos ya es tan grande que los fabricantes de automóviles tienen que recortar la producción. En el peor de los casos, se verían obligados a recortar la producción hasta en un 20% e iniciar despidos. Desde hace varios meses, le han pedido al gobierno que ayude a resolver la situación.