La expansión del virus SARS-CoV-2 ha originado una sensible caída en el sector automotriz, incluída la fabricación de vehículos eléctricos. A consecuencia, disminuye también la demanda de litio que es la principal materia prima en la producción de baterías.
Las acciones de las empresas productoras de litio han sufrido una dramática caída desde enero de este año debido a un fuerte retroceso en la demanda de coches, incluidos los motorizados a baterías que utilizan como materia prima el litio. Los fabricantes de automóviles eléctricos, como por ejemplo Tesla, han recortado drásticamente los pedidos de este metal, causando pérdidas considerables en ingresos y ganancias de las empresas de extracción.
Aún a inicios de enero se preveía que a medida que avance la „revolución de electromovilidad“, la demanda de litio podría aumentar a lo largo de este año, como mínimo, en un 15 por ciento. En vez de ello, las empresas de extracción restringen sus operaciones y suman las pérdidas. Según estimaciones actualizadas, la producción de litio podría, al contrario, sufrir este año una reducción en cerca de un 5 por ciento.
También hay consecuencias a largo plazo: por ejemplo la compañía Albermarle Corporation ha limitado sus proyectos de desarrollo en Chile y Australia y la Tianqi Lithium Corporation, fuertemente endeudada, ha puesto en venta su mayoría accionista con la que contaba en la empresa productora más importante de litio. Problemas similares enfrentan también otras compañías del sector. Además, hay una fuerte incertidumbre en torno a cuánto tiempo podría tardar la recuperación del mercado una vez terminada la pandemia.