El presidente ruso, Vladimir Putin, se prepara para los Juegos Olímpicos de Pekín. Pero su objetivo no es solo ver competir a los atletas rusos, sino sobre todo conocer a su homólogo chino, Xi Jinping.
Los presidentes de Rusia y China podrían firmar hasta 15 acuerdos comerciales bilaterales durante la competencia olímpica, que también abarcarían el tema del suministro de materias primas energéticas. Pero tal cortejo ruso-chino podría tener un impacto negativo en el suministro de gas natural ruso a la Unión Europea.
Aunque el oleoducto Power of Siberia ha estado funcionando desde Rusia a China desde 2019, Putin y Xi pueden estar negociando para construir una hermana gemela, The Power of Siberia 2. La capacidad de dicho oleoducto podría alcanzar los 50.000 millones de metros cúbicos al año, según Reuters. Y lo más importante, el gasoducto estaría conectado al gasoducto que exporta gas de Rusia a Europa.
Para Rusia, esta sería una posición ideal donde habría jugadores fuertes en ambos extremos del mismo conducto, compitiendo entre sí para ver a quién preferiría el Kremlin en este momento. La pregunta es si China querrá participar en una empresa de este tipo. Aquí no se aplica el de Coubertin «no es importante ganar, sino participar».