
Aún durante la semana pasada, la libra británica llegaba a afianzar sus posiciones frente al dólar en un siete por ciento. Hoy en día, todo ha cambiado
Los mercados le dan preferencia al dólar estadounidense como puerto seguro, después de que la agencia calificadora Fitch bajara la nota de solidez financiera del Reino Unido.
Según Fitch, la medida fue inevitable debido al previsible aumento radical de la deuda pública británica. Mientras que en 2019 la deuda pública representaba el 84,5 por ciento del PBI, este año debería alcanzar hasta el 94 por ciento y en 2021 incluso el 98 por ciento. Gran Bretaña, al igual que otros países, no podrá evitar el incremento, si desea hacer frente a la mayor caída económica desde el final de la segunda guerra mundial.
El gabinete de Boris Johnson tiene pensado seguir pagando a los empleados despedidos temporalmente hasta un ochenta por ciento de sus salarios anteriores. Uno de cada cinco británicos teme la depresión económica y más de la mitad de los encuestados prevé que la economía del Reino Unido entre en la recesión aún este año.
El Bank of England se apresuró en acudir al apoyo de la economía del país, ampliando en 200 mil millones de libras su programa de adquisición de bonos gobernamentales y reduciendo la tasa básica de interés a 0,1 por ciento, el nivel más bajo en toda la historia del banco central del Reino Unido.