
La decisión fue tomada el pasado fin de semana por los respectivos ministros del cartel petrolero de la OPEP y sus aliados encabezados por Rusia. El motivo es evidente: la disminución de la demanda de petróleo y la consiguiente caída del precio a consecuencia de las medidas restrictivas para impedir la expansión de la pandemia del coronavirus. El recorte de la producción acordado anteriormente debió concluir a finales de junio, sin embargo los miembros de la OPEP+ siguen preocupados por la evolución en el mercado petrolero pese a que el precio del crudo tipo Brent ya superó 40 dólares por barril, es decir el doble de lo que valía hace un mes y medio.
Según los representantes del grupo OPEP+ persiste el peligro de que el precio de la materia prima vuelva a bajar a pesar de que varios países ya han levantado recientemente las medidas de cuarentena. Las preocupaciones más serias están relacionadas con el volumen de reservas acumuladas que podrían llevar a un exceso temporal de oferta y una nueva caída de los precios.
Por el momento no está claro si la prolongación del recorte de la producción es definitiva. Según algunos analistas, dependiendo de la evolución del mercado global de petróleo la reducción de la producción acordad por la OPEP+ podría durar hasta finales de agosto e incluso hasta finales del año en curso.