Inmediatamente después de las insinuaciones de Donald Trump sobre el posible aplazamiento de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, el petróleo norteamericano WTI perdió un 5 por ciento de su valor, mientras que el crudo tipo Brent se depreció en casi dos puntos porcentuales. A pesar de que el jueves los dos principales mercados petroleros vivieron parcialmente un rally, el oro negro permaneció a niveles más bajos de los que tenía al cierre de la jornada bursátil del día anterior. Actualmente el petróleo tipo Brent cotiza por debajo de 43 dólares por barril, contra los casi 45 dólares que valía el barril el lunes.
Entre los factores que llevaron a la caída del precio del petróleo hay que buscar también los recientes datos sobre el Producto Interno Bruto de Estados Unidos correspondientes al segundo trimestre del año. El rendimiento de la economía más importante del mundo se desplomó, en términos interanuales, en 32,9 por ciento, el peor resultado desde el año 1947. La incertidumbre política sumada al desplome del PIB genera una creciente oferta de petróleo en el mercado y su consiguiente depreciación. En las actuales circunstancias, los inversores al parecer confían cada vez menos en las tesis sobre la pronta recuperación de la demanda del petróleo a niveles de antes de la crisis del coronavirus.