
En julio, Estados Unidos compró a Rusia más de un millón de toneladas de petróleo. Además de la sustitución de los suministros de Venezuela, otro motivo de dicho aumento son las condiciones extremadamente ventajosas en las que se están realizando las entregas del crudo procedentes de Rusia y que consisten en los precios bajos y los gastos reducidos para el transporte de la materia prima.
El incremento de las importaciones desde Rusia se debe también al hecho de que las refinerías estadounidenses están acostumbradas históricamente a procesar el petróleo pesado. En 2019, los suministros de crudo de Rusia a Estados Unidos se duplicaron en comparación con el año anterior y alcanzaron once millones de toneladas. Si el aumento en más de un millón de toneladas, registrado en julio, persiste durante todos los meses que restan de este año, el volumen de importaciones efectuadas en 2019 quedará superado.
No obstante, a consecuencia de la pandemia del coronavirus la demanda global de petróleo se ha desplomado dramáticamente y es recién ahora que se va recuperando lentamente. La evolución de los precios en el mercado petrolero replica esta situación. Un barril del petróleo tipo Brent cotiza a más de 45 dólares lo que corresponde al nivel má salto registrado en los últimos cinco meses. En parte, el precio del petróleo ha subido recientemente también como respuesta a la destructiva explosión en la capital libanesa, Beirút, cuyas causas están siendo investigadas.