
Los mercados de commodities son este año relativamente titubeantes. Se trata de un fenómeno poco habitual que incluye también futuros en commodities.
Por lo que parece, la situación no va a variar fácilmente. Los analistas recomiendan prestar atención en semanas próximas no solamente al mercado de oro y petróleo, sino también al de otros metales como el cobre, níquel o aluminio. Mientras que el oro reacciona al alza frente al incremento de inflación o la baja de tasas de interés de los bancos centrales, las demás materias primas estratégicas se manifiestan sensibles más bien a fluctuaciones de la actividad económica global.
Ya se ha vuelto habitual el hecho de que China constituye el principal impulsor de la demanda (y por tanto del precio) de metales (exeptuando el oro). La industria manufacturera china muestra en los últimos meses signos de desaceleramiento. Su efecto tiene también la incesante tensión en las relaciones comerciales entre China y los Estados Unidos. Principalmente de estos dos jugadores económicos dependerá si el mercado se llega a estabilizar o no.
La inseguridad en los mercados de commodities afecta también al mercado de sus futuros donde la evolución de las controversias entre China y EE.UU. es el alfa y omega de todo. En los últimos días, no obstante, los futuros de metales industriales se operaron en décimas del por ciento má salto que al final de la semana pasada. Los futuros de las materias primas agrícolas tales como soja, semillas de ricino o de coriandro aumentaron al inicio de esta semana en uno hasta tres por ciento.