A partir del enero pasado, el precio de aluminio ha caído en más del treinta por ciento.
Las últimas semanas sin embargo le dan al mercado con este metal induatrial estratégico una nueva esperanza de reactivación.
Aún el año pasado una tonelada de aluminio se cotizaba en las bolsas mundiales de materias primas a aproximadamente 2 500 dólares estadounidenses. No obstante, desde entonces el precio cayó en más del treinta por ciento y a mediados de octubre parecía que la baja no pararía ni en 1 700 dólares. Durante el último mes se produjo cierta reactivación – por ejemplo la Bolsa de Valores de Londres ha anunciado esta semana la ruptura del límite de 1 800 dólares por tonelada.
La reducción dramática de los precios de aluminio se debe especialmente al decrecimiento en la producción de medios de transporte que afectó prácticamente a todos los países industrializados del mundo. El sector automotor constituye uno de los compradores clave de dicha materia prima. Los meses que vienen pondrán en manifiesto si se trata realmente de un cambio de tendencia en los negocios con aluminio o sólo de una correción de corto plazo. Los fabricantes de vehículos justifican el actual descenso de producción con la alta base de comparación correspondiente al otoño del año pasado cuando se vendió la cantidad récord de automóviles, aún antes de la entrada en vigor de las nuevas normativas para la medición de emisiones de gases de combustión.