Los países desarrollados deberían esforzarse más por reducir la deuda de los países pobres, según el presidente del Banco Mundial, David Malpasse. También deberían hacer participar al sector privado en ese esfuerzo.
David Malpass dijo que la pandemia del coronavirus había exacerbado aún más la carga de la deuda, ya sin precedentes, de muchos países pobres. Según él, deben tomarse medidas adecuadas para liberar recursos financieros a estos países, en particular para financiar la salud, la educación y, sobre todo, la seguridad alimentaria. Al mismo tiempo, las naciones desarrolladas deberían ayudar a los menos desarrollados de manera más significativa en la lucha contra el cambio climático.
«La historia nos dice que los países que no pueden encontrar una salida a sus deudas no están creciendo y, por lo tanto, son incapaces de lograr la reducción significativa de la pobreza que asolan a sus poblaciones», dijo Malpass durante su discurso en línea en la London School of Economics.
Según él, los países del G-20 deberían empezar a abordar seriamente el problema, creando un incentivo para que los acreedores privados también participen en la reducción de la deuda de los países pobres. «Los Estados deben alentar enérgicamente al sector privado a participar en la solución del problema en la mayor medida posible», añadió Malpass, diciendo que los acreedores privados deben asumir un mayor grado de responsabilidad de la deuda de los países pobres.
