
Las empresas japonesas han ofrecido este año los mayores aumentos salariales en 30 años en las negociaciones con los empleados. Así se desprende de una encuesta realizada por Rengo, el mayor grupo sindical del país. Los economistas afirman que los aumentos salariales ayudarán a reactivar la decaída demanda de los consumidores. Japón ha luchado durante años con una inflación muy baja, y en algunos años con deflación, o caída de precios.
La mayor en 30 años
Una encuesta realizada entre 5.272 sindicatos, representados por el Grupo Rengo, mostró un aumento salarial medio del 3,58%, es decir, 10.560 yenes (1.600 coronas) al mes. Se trata del mayor aumento desde 1993, cuando fue del 3,9%. A continuación, las pequeñas y medianas empresas aumentaron sus salarios un 3,23%, también la cifra más alta de los últimos 30 años.
El crecimiento salarial es una de las principales tendencias que el Banco de Japón sigue de cerca a la hora de tomar decisiones de política monetaria. La política monetaria del país es ahora extremadamente acomodaticia. El gobernador del banco central, Kazuo Ueda, ha subrayado en repetidas ocasiones que la política actual deberá mantenerse hasta que los salarios aumenten lo suficiente como para mantener la inflación en torno al objetivo del 2%.
Deficiencia crónica
«La subida de los precios y la escasez crónica de mano de obra están disparando los salarios, que seguirán subiendo el año que viene. A partir de ahora, es importante que los salarios reales pasen a terreno positivo», afirmó el economista y profesor de la Universidad Hosei Hisashi Yamada. Afirmó que el crecimiento salarial ayudaría a estabilizar la inflación de en el dos por ciento el año próximo, lo que presionaría al banco central a levantar su política de influir en la curva de rendimientos tarde o temprano. El objetivo de esta política es mantener los tipos de interés a corto y largo plazo en los niveles más bajos posibles.
Un aumento salarial también podría apoyar al Primer Ministro japonés Fumio Kishida. Ha hecho de los salarios una parte importante de su agenda política, ya que la debilidad del yen y el aumento de los precios de las importaciones están incrementando el coste de la vida para la población.
Los salarios en Japón apenas han variado desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en los años noventa. Como resultado, ahora están muy por detrás de la media de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), informó Reuters.
fuente: ČTK