Cuando dos pelean, el tercero se regocija – el conocido dicho que en caso de las controversias comerciales entre EE.UU. y China vale cien por ciento para Vietnam.
Mientras que todo el mundo desarrollado está en vilo esperando si efectivamente se logran romper los hielos en las relaciones económicas entre EE.UU. y China, Vietnam es uno de los países que sacan provecho de la actual situación. Vietnam se beneficiaba de haber quedado durante cierto tiempo por fuera del impacto de los aranceles estadounidenses. Además, le ayudó económicamente también el hecho de ser en febrero pasado país anfitrión de la exitosa reunión cumbre entre Donald Trump y Kim Jong-un.
Posiblemente también gracias a ello Vietnam ha conseguido últimamente desarrollar intensas relaciones comerciales con EE.UU. El superávit comercial de Vietnam superó durante el primer semestre de este año los 25 mil millones de dólares (aprox. 575 mil millones de coronas checas) acusando un incremento del 40 por ciento. Paradójicamente, ese crecimiento puede resultarle fatal para Vietnam ya que la administración estadounidense lo percibe como una señal de que aquellos países que tienen un importante superávit en sus relaciones comerciales noc EE.UU. no juegan limpio en el mercado internacional.
Los EE.UU. gravaron en julio pasado las importaciones de acero procedentes de Vietnam con aranceles que superan el 400 por ciento. La administración estadounidense justificó dicha medida argumentando que se trataba de reexportaciones de Taiwán y Corea del Sur. No obstante, bajo la amenaza de aranceles que los EE.UU. podrían imponer también por ejemplo a las importaciones de paneles solares o artículos textiles, el gobierno de Vietnam no deja de afirmar que está dispuesto a revertir la situación.