Aproximadamente una quinta parte de la población del planeta vive actualmente en condiciones de cuarentena dentro del marco de las medidas adoptadas contra la expansión de la pandemia del coronavirus. Los gobiernos de varios países han recurrido a restricciones en las exportaciones de alimentos. En el mundo, por tanto, van aumentando los temores por la seguridad de los suministros alimenticios.
La inquietud provocada por la expansión del coronavirus entre la población se ha manifestado en varios países, entre otros, también por el mayor volumen de compras de alimentos. Hasta cierta medida, la imagen de supermercados medio vacíos se ha convertido en un símbolo de la actual pandemia. Han aumentado considerablemente los temores ate un posible el deterioro o la ruptura de las relaciones de compraventa y de distribución que podrían desembocar en serios problemas en la fluidez de los suministros de alimentos.
Las regulaciones en las exportaciones de material sanitario constituyen un buen ejemplo hasta dónde podría llegar la situación, si los gobiernos deciden restringir las exportaciones de artículos alimenticios. „Si los grandes exportadores recurren a limitar sus ventas al exterior, las preocupaciones irán aumentando,“ declaró Phin Ziebell, analista del National Australia Bank y experto en el sector agroalimenticio.
Por ejemplo Vietnam, el tercer exportador más importante de arroz, ya ha accedido a restringir las exportaciones de este grano. Según Ziebell, después de las medidas del gobierno vietnamista el volumen de arroz vendido en el mercado global podría bajar en 10 hasta 15 por ciento, cantidad que no pueden compensar los demás productores como Indonesia. Por su parte, la Unión Rusa de Productores de Aceite de Girasol reclama la limitación de las exportaciones de semillas de girasol y Malasia ha reducido recientemente el volumen de producción del aceite de palma.
