
Según expertos del banco de inversiones más grande del mundo, el Bitcoin ha dejado de ser un bien impredecible para convertirse en un activo cuyo comportamiento se puede prever relativamente bien en base a la fluctuación de precios de activos de inversión tradicionales como son las acciones o los títulos de deuda, así como las divisas o el oro. Dicha correlación se ha hecho más presente sobre todo en los últimos meses.
Los analistas de JP Morgan, que suelen centrar su atención ante todo a los títulos de valor, han observado que en marzo el Bitcoin superó la rentabilidad de los activos tradicionales como las acciones y títulos de deuda. Pese a que en comparación con los mercados financieros clásicos en las bolsas de criptomonedas dismunuyó levemente la liquidez, la situación se ha revertido posteriormente. Al Bitcoin le ha ido incluso mejor que a los llamados stablecoins que cuentan con el respaldo de las monedas concretas de distintos Estados y deberían acusar, por tanto, una mayor estabilidad que las criptomonedas clásicas.